El propietario de la empresa Santiago Apóstol, Mario Cano Cruz, admitió ayer que 2.800 toneladas de desechos mineros están en las corrientes que conectan al río Pilcomayo, producto del sifonamiento del dique de colas de su compañía.
Esta declaración aclaró, en parte, una ola de contradicciones sobre el grado de contaminación del río Pilcomayo. Pero más allá de esto, los afectados a corto plazo con este desastre son, sin duda, los comerciantes de pescado, quienes ya dieron a conocer su descontento e incluso algunos anunciaron medidas de protesta; sobre todo luego de conocer el anuncio de la empresa minera.
“Se ha cuantificado el volumen que ha desalojado la presa. Entonces llega aproximadamente a 1.400 cubos. Ustedes han podido apreciar que es un embudo que se ha formado y estimamos que por lo menos unas 2.800 toneladas están río abajo, sobre todo en los primeros dos kilómetros”, dijo ayer el propietario de la empresa minera.
Sin embargo, durante toda esta semana la preocupación en el sector de los vendedores de pescado en Tarija creció, tanto que la secretaria general del Sindicato de Transportistas y Comercializadores de Pescado, Delina Meriles Pizarro, se trasladó hasta el edificio de la Alcaldía junto a sus colegas para reclamar por esta situación que originó baja en las ventas.
De la misma manera, comerciantes de pescado en Villa Montes, expresaron su molestia por la incertidumbre que se vive al momento; ya que exigen saber el grado exacto de contaminación del río Pilcomayo. Explican que este anuncio y todas las contradicciones dadas afectan a las actividades económicas de este sector.
Por este motivo, los comerciantes señalaron que no pudieron comercializar pescado desde la noticia difundida por los medios. Una de las comerciantes señaló: “no hay venta, por el comentario que hicieron sobre la contaminación. La gente viene y nos pregunta, si están contaminados los pescados. La semana pasada no vinieron a comprar por temor a esto” manifestó.
Frente a esta situación, los comercializadores de pescado, aguardan el informe final de las autoridades nacionales sobre los resultados del análisis del agua del río Pilcomayo. Entretanto, expresan su gran preocupación, exigen desesperados una solución al problema e incluso los mismos pescadores anuncian medidas contra la Gobernación “por su pasividad ante el problema”.
La molestia y las contradicciones de las autoridades
Son muchas las contradicciones sobre el grado de contaminación que habría originado el desastre en el río Pilcomayo, tanto que las autoridades de los tres departamentos comprometidos; Chuquisaca, Potosí y Tarija realizan inspecciones paralelas.
En Tarija, el secretario general de la Gobernación de Villa Montes, Omar Peñaranda, dio a conocer el pasado 18 de julio una supuesta información de la Oficina Técnica Nacional de los ríos Pilcomayo y Bermejo que habría autorizado plenamente el consumo de pescado, luego de advertir que el derrame de productos metalúrgicos, no alcanzó sus lechos.
En ese entonces, Peñaranda pidió a la población boliviana “no alarmarse ni generar más comentarios irresponsables, debido a que el Ministerio de Medio Ambiente tiene la obligación legal de exigir a la empresa que se evite una mayor contaminación”.
La nota se dio a conocer a la prensa de Villa Montes y también fue dirigida a las asociaciones de pescadores, afectados por las noticias que rondan la contaminación del Pilcomayo.
Sin embargo, cuando los comerciantes creyeron que el problema no era tan grave, el 22 de julio, la Intendencia Municipal, de manera contradictoria, prohibió la venta de pescado proveniente de Villa Montes (río Pilcomayo) hasta la obtención de los resultados de la investigación sobre el grado de contaminación en el afluente. Estos estudios están siendo procesados por una comisión del Servicio Departamental de Salud (Sedes).
“Ya no se vende pescado de Villa Montes en los mercados de la capital chapaca desde que salió la noticia de la contaminación del río Pilcomayo y ahora está normado también, así que estamos realizando los controles respectivos”, informó el intendente municipal, Nelson Ruiz.
Pero a raíz de esta última prohibición, comercializadoras de pescado, responsabilizaron al intendente, Nelson Ruiz Acosta, por la baja venta del producto en estas últimas dos semanas. “Las declaraciones que hizo el Intendente están fuera de lugar, son temerarias”, afirmaron.
Las vendedoras explicaron que antes de estos anuncios estaban llegando normalmente los camiones de pescado; sin embargo, el rumor expandido en la ciudad de Tarija hizo que los vehículos volvieran a su lugar de origen.
El “negocio del pescado”
está afectado
De acuerdo a los comercializadores de pescado, son alrededor de 109 los vendedores, entre transportistas, peladores de pescado y cocedores, los que están siendo perjudicados por la baja venta del producto en todo el Departamento. En Villa Montes, puntualmente en Capirendita (orillas del Pilcomayo), las familias afectadas suman las cien.
“No puede ser posible que nosotros paguemos impuestos por la comercialización del pescado y ahora digan que el río está contaminado. Hay que demostrar que el afluente tiene problemas, y si hay daño económico, alguien debe responder. Hay 15 camiones que llegaron de Villa Montes”, dijo una vendedora en Tarija.
Entretanto, el capitán grande del pueblo Weenhayek, Moisés Sapiranda, explicó que la pesca es la principal actividad de los pueblos indígenas que viven a orillas del río Pilcomayo. Por eso la semana pasada se decidió tomar acciones contra las autoridades de la Gobernación “porque no hacen nada para mitigar el daño”, resaltó y añadió que hay que recordar que el hambre no espera.
Finalmente Sapiranda lamentó que se prohíba la venta de pescado porque es un atentado a la economía de su pueblo.
La empresa minera Apóstol Santiago
La cooperativa privada minera Apóstol Santiago asentada en proximidades del río Pilcomayo de Potosí ha contaminado el caudal con desechos mineros en el municipio de Tacobamba. El ingenio minero trabaja hace muchos años explotando plomo, plata y zinc.
Licencia ambiental
La Gobernación de Potosí evidenció que Santiago Apóstol operaba sin licencia ambiental. El propietario de la empresa Santiago Apóstol, Mario Cano Cruz, señaló que el trámite para conseguir este documento ya pasó por los ministerios de Minería y de Medio Ambiente pero está trabado por conflictos con el derecho propietario.
Explicó que la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) y los comunarios del lugar se disputan la propiedad del yacimiento.
Estudio preliminar de Chuquisaca lanza primeros datos
Un examen de laboratorio realizado por la Gobernación de Chuquisaca halló exceso de sodio, hierro, manganeso y cromo en las aguas del río Pilcomayo, que fueron afectadas por el colapso del dique de colas de la empresa minera Santiago Apóstol de Potosí.
De acuerdo al reporte de radio Aclo de la Red ERBOL, las siguientes son las mediciones que salieron del examen de la Gobernación:
Elemento Cantidad Cantidad Sobrepasa
permitida verificada lo permitido
Sodio 200 359 175%
Hierro 0,5 0,3 166%
Manganeso 0,1 0,2 200%
Cromo 0,06 0,05 120%
Turbiedad 5mg 102mg 2045%
Contradicciones puntualesA NIVEL NACIONAL
– Hasta ahora no se conoce la real situación de contaminación del Pilcomayo producto no sólo del colapso del dique de colas de una empresa minera, sino también de los residuos mineros que día a día se vierten a los afluentes del río.
– Una muestra de la “confusión” es la reciente contradicción del gobernador de Potosí, Félix Gonzáles, quien aseguró haberse adelantado en sus apreciaciones al indicar que el río Pilcomayo está contaminado.
– La falta de información real sobre el grado de contaminación del Pilcomayo también generó un problema en Villa Montes donde los pescadores se movilizaron por la contaminación del río y contra la prohibición de la venta del pescado.
– En Sucre, el jefe de la Unidad de Epidemiología del Servicio Departamental de Salud (SEDES) Chuquisaca, Johnny Camacho, manifestó que actualmente no se tiene información real sobre el grado de contaminación del Pilcomayo.