La grasa no es el enemigo. Es el azúcar.

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    En esta nota, el doctor Mark Hyman, autor de “The Blood Sugar Solution: The UltraHealthy Program for Losing Weight, Preventing Disease, and Feeling Great Now!” y de “The UltraSimple Diet: Kick-Start Your Metabolism and Safely Lose Up to 10 Pounds in 7 Days”, desmiente el mito que dice que la grasa engorda y es dañina para la salud. En cambio, prefiere centrarse en el azúcar y sus riesgos cardiovasculares: “Cuando la gente consume menos grasas, tienen tendencia a consumir más almidón o azúcar para sustituirlas, lo cual hace aumentar el riesgo de aumento del colesterol malo, las lipoproteínas de baja densidad (LDL) que causan las crisis cardiacas”, razona.

    Por culpa de este tipo de estudios, pensamos que las grasas saturadas son las responsables de las enfermedades cardiacas. Pero, en realidad, hemos desviado nuestra atención de lo más importante: el azúcar es el verdadero culpable. Un artículo publicado en el American Journal of Clinical Nutrition, que revisaba todos los descubrimientos sobre las grasas saturadas también constató que no existía ninguna correlación entre las enfermedades del corazón y las grasas saturadas. Asimismo, un reciente editorial que aparecía en el British Journal of Medicine insiste sobre este punto, y disipa el mito de los lípidos como causa de la obesidad y de las enfermedades cardiacas. Los investigadores afirman que, si bien es cierto que disminuir las grasas saturadas en la dieta puede reducir de forma global el colesterol, lo que en realidad disminuye es el colesterol bueno, las HDL (lipoproteínas de alta densidad), que no suponen ningún problema.

    En realidad, existen estudios que han demostrado que el 75% de las personas que llegan a urgencias por crisis cardíacas tienen unos niveles globales de colesterol normales. Por el contrario, lo que tienen es una prediabetes o una diabetes de tipo 2. Por tanto, ¿cuáles son las conclusiones? Que llevar una alimentación que incluya lípidos de buena calidad y proteínas previene, o incluso anula, la diabetes y la prediabetes (diabesidad). En cambio, consumir azúcares refinados causa esta diabesidad.

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