Los problemas de los autos autónomos

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En el caso del coche autónomo de Google la tecnología ha avanzado más rápido que la sociedad. Aunque el vehículo está inventado, ni nuestras ciudades, ni nuestras leyes ni nuestra propia mentalidad están preparadas para algo así. Por eso es poco probable que veamos este tipo de vehículos circulando por nuestras calles a corto plazo, porque en la actualidad los coches Google se encuentran con algunos problemas que pueden parecer no tan obvios.

Infraestructuras

El coche Google tiene sensores incorporados para detectar obstáculos, pero para que pueda circular como cualquier otro vehículo es preciso que se instalen sensores especiales en la calzada. Estaríamos hablando de la necesidad de hacer una inversión muy fuerte para adaptar todas las carreteras del planeta a la existencia de un coche de una sola marca y con un precio que podrán permitirse muy pocos, lo que suena del todo a utopía.

Claro que cuando se inventaron los primeros coches nadie imaginaba las carretetas que tenemos hoy, pero pueden hacer falta varias décadas hasta que nuestras ciudades estén perfectamente adaptadas.

Legislación

Aunque desde que empezaron a hacerse pruebas con ellos en 2009 sólo se ha registrado un accidente en el que haya estado involucrado un coche Google, lo cierto es que para que puedan usarse sin problemas sería necesario reformar el código de circulación. California ha sido pionera en permitir su uso siempre y cuando el conductor tenga acceso a un control manual del vehículo en el caso de que se produzca algún error informático.

Un cambio en las normas de circulación implicaría también que todos tendríamos que volver a pasar por la autoescuela para sacarnos un carnet adaptado a los nuevos vehículos.

Seguros

Una de las preguntas que muchos se hacen desde que tuvimos noticias de la existencia de estos coches es quien asume la responsabilidad en caso de accidente. ¿Tendría que ir el seguro a nombre del dueño del coche o a nombre de Google?. Es un tema peliagudo porque el conductor realmente no tienen acción directa sobre el vehículo, pero la empresa fabricante tampoco puede responsabilizarse del uso que hagan todos sus clientes.

En el momento en el que estos coches empiecen a comercializarse, se espera una guerra importante entre fabricantes y conductores que puede dar mucho que hablar.

Transporte público

En el momento en que cualquiera de nosotros pueda tener acceso a un coche sin necesidad de conducir, coger un autobús o un taxi no tendrá demasiado sentido. Por lo tanto, los coches Google podrían llevar a la desaparición (o al menos a mermar en gran medida) de un sector que da de comer a mucha gente.

Claro que a lo largo de los años, conforme han ido apareciendo nuevas tecnologías, han desaparecido muchas profesiones, pero viendo la guerra de los taxistas con BlaBlaCar está claro que no van a quedarse con los brazos cruzados.