Internet depende de 14 personas que guardan 7 llaves secretas

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Si bien esto puede sonar como algo salido de un libro de Dan Brown, no lo es: toda la Internet es controlada por siete llaves reales, físicas.
A James Ball de The Guardian se le permitió recientemente observar el ritual de alta seguridad conocido como “la ceremonia de la llave/clave”.
Las personas que llevan a cabo la ceremonia son parte de una organización llamada la Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números de Internet (ICANN). ICANN es responsable de asignar direcciones numéricas de Internet para los sitios web y las computadoras y su como eso se plasma en las direcciones web normales que la gente escriba en sus navegadores.
Por ejemplo, escriba 74.125.224.72 en su navegador, y usted será llevado a la página web de Google. Pero www.google.com es más fácil para que la gente lo recuerde. ICANN asigna los números (más simple para los equipos a utilizar) con palabras (más fácil para los seres humanos y su uso).
Si alguien se apropiara de la base de datos de la ICANN, tendría el control de toda la Internet. Por ejemplo, la persona podría enviar a la gente a sitios web bancarios falsos en lugar de los reales.
Pero también, si ocurriera una tragedia, se podría necesitar reconstruir la base de datos de la ICANN. Así que se les ocurrió una manera de hacerlo sin tener que depender una sola persona. Se seleccionó a siete personas como titulares de las claves y se le dio a cada uno una llave real a Internet. Y otras siete personas para ser guardadores de las llaves de la copia de seguridad: 14 personas en total.
Las llaves físicas desbloquean cajas de seguridad escondidas en todo el mundo. Dentro de esas cajas hay tarjetas magnéticas inteligentes. Recién al juntar las siete tarjetas inteligentes usted tiene la “llave maestra”. La llave maestra es en realidad una clave que puede acceder a la base de datos de la ICANN.
Cuatro veces al año desde 2010 los siete keyholders se reúnen para la “Key Ceremony” (ceremonia de la llave/clave) donde generan una nueva llave maestra, es decir, una nueva contraseña.
Para ser admitido en la ceremonia, la seguridad es intensa, informa Ball, y consiste en pasar a través de una serie de puertas cerradas que utilizan códigos como clave y escáneres de mano, hasta que entra en una habitación tan segura que ninguna comunicación electrónica puede escapar de ella.
El grupo lleva a cabo el ritual, luego cada persona, sale de la habitación de uno en uno, y luego se dirigen todos a un restaurante y a festejar.